El futuro es hoy. La era del conocimiento que ha creado el entorno perfecto para que exista la actual Transformación digital que estamos viviendo, ha tomado el relevo a las sucesivas transformaciones del sistema económico y productivo mundial que supusieron las anteriores revoluciones industriales, y está suponiendo, como en aquellas, una completa mutación social en todos los rincones del planeta: desde la forma de relacionarnos con nuestro entorno hasta las nuevas dinámicas de producción y consumo, pasando por la inmediatez o la globalización extrema, por poner sólo algunos ejemplos.
 
El comercio, empresas, pymes y emprendimientos no son y no pueden ser ajenos a todo este proceso. Dejar escapar el tren de la digitalización supondrá, irremediablemente, la muerte segura de los negocios que no se adapten, al más puro estilo darwiniano. Y es que la transformación digital no tiene marcha atrás, por cuanto supone un profundo cambio de paradigma en la sociedad en la que vivimos, a todos los niveles. Comercios y tiendas, empresas de logística, de servicios, de formación, despachos profesionales, industrias de cualquier tipo, medios de comunicación…
 
Todos ellos asisten a cambios de una profundidad que apenas estamos empezando a vislumbrar en estas escasas dos décadas del siglo XXI, y que afectan no sólo a su propio modelo de negocio, sino a la forma en la que sus clientes, ya sean empresas o particulares, consumen y se relacionan con el entorno.