Ambos métodos se aplican para los startup, sin embargo, muchas personas suelen confundirse o no entienden bien de qué va cada uno. Por esta razón, hoy les explicaremos las características y diferencias del design thinking y lean startup.
Entre sus similitudes se encuentra que las dos elaboran los productos o servicios de acuerdo al pensamiento del público objetivo. Además, coinciden en otros aspectos, pero el enfoque principal no es el mismo.
¿Qué es el design thinking?
El design thinking es una filosofía que se centra exclusivamente en el cliente y cómo solucionar los posibles problemas que puedan tener según el contexto donde se desenvuelvan. A su vez, se centra en la innovación de manera creativa para identificar: los deseos del consumidor, cómo se comporta el cliente, cuál es su proceso de compra.
Esta filosofía se utiliza en la creación de nuevos productos, sobre todo cuando una organización busca que todos sus departamentos trabajen en conjunto. Además, se suele aplicar cuando una empresa se transforma en un aspecto.
¿Qué es el lean startup?
El lean startup es una metodología, la cual se dedica en buscar ideas para el negocio basándose en el mercado. Para ello, se inicia con una hipótesis sobre el posible producto o servicio y posteriormente, se realiza un experimento para comprobar si al cliente le gustaría.
El principal objetivo de esta metodología es mantener la rentabilidad del negocio, así como utiliza un modelo determinado para verificar su éxito o no.
Diferencias
Aunque ambas estrategias son muy buenas, no deben aplicarse al mismo tiempo porque tienen enfoques diferentes. Por ello, les explicaremos las ventajas de cada una para definir cuál les conviene según su emprendimiento.
El desing thinking es muy eficiente a la hora de determinar cuáles son los posibles problemas de los clientes. De este modo, se pueden realizar productos para satisfacer esas necesidades. Además, permite modificar un bien de la empresa para mejorarlo.
Mientras tanto, el lean startup funciona mejor a la hora de querer aprobar o no un producto en el mercado, ya que es una forma eficiente para probarlo en nuestro público objetivo. A su vez, permite aprender mucho de las características del cliente durante el proceso.